Cenas con historia, un evento de molde compostelano
La primera entrada del año y seguimos hablando de comida, como si no hubiese suficiente con las navidades, pero la idea que hemos visto lo merece. Acabamos de leer en gastronomíaycía un post que se hace eco de una iniciativa foodie surgida en Madrid: las cenas con historia. Los impulsores de este evento seleccionan unos restaurantes que se ajustan a unos parámetros determinados –llamados “molan” y que incluyen atención al cliente, disponibilidad, calidad culinaria y que el gerente sea amable—y les proponen participar en estas cenas con historia. El restaurante prepara un menú especial para dos personas y al final de la cena, los comensales se llevan una novela (ojo, una novela para los dos) de una selección de autores actuales. Nada de regalar el romance clásico de turno, sino que se apuesta por autores actuales. Nos pareció un evento que entraría muy bien en el molde compostelano.
Entonces, la iniciativa es bastante sencilla: los restaurantes que se adhieren a esta iniciativa se convierten en restotecas que ofrecen a la pareja de comensales un adelanto editorial de una autora o autor que tenga a punto de salir su novela. Además de poder consultar el listado de restaurantes, está a disposición del visitante el menú que ofrecen para su Cena con historia, el precio y más características del establecimiento.
El precio del menú varía en cada restaurante a razón de su cocina y filosofía, pero los precios se mueven entre los 12’50 y los 50 euros.
Con las positivas cifras de Santiago(é)tapas sobre la mesa, no es descabellado afirmar que la los habitantes de la ciudad y a los visitantes más o menos fugaces sienten inclinación hacia las iniciativas que tengan que ver con la comida.
Por otra parte, la tradición académica, y por tanto editorial, de la ciudad parece que no pasa por el mismo esplendor de antaño pero la situación de la ciudad, con cerca de veinte librerías para cien mil habitantes, no es tan desesperada como en otros lugares, donde las librerías se desvanecen para dar paso a tiendas que ofrecen artículos de consumo mucho más inmediato. Además, la lectura aún engancha a más del 70% de españoles, según el último CIS.
Ya comentamos hace un par de entradas que las ferias para los nuevos amantes de la comida, también conocidos como foodies, (link a la entrada anterior) en las que tanto la presentación de los productos como las propias recetas juegan un papel fundamental. Mezclar las cenas con la literatura da un paso más allá en el concepto porque también acude a la llamada de la renovación necesaria de todo el tejido editorial.
En Trevisani somos muy lectores e incluso hemos organizado dos eventos propios a los que les tenemos mucho cariño: LITVI, Encuentro de Literatura de Viajes, en Santiago; y AURIA, Semana de Literatura Histórica, en Ourense.
El futuro de los libros no solo depende de que las editoriales se adapten a las novedades en los soportes, sino que las librerías deben apostar también por lo que el profesor y ensayista Jorge Carrión (finalista del Premio Ensayo anagrama por Librerías) ha definido como la cultura libresca, esto es, todos los aspectos intangibles y comercializables que rodean a los libros, y aquí viene la confluencia con los restaurantes: sacar del propio espacio de la librería su elemento fundamental y dar a conocerlo fuera de su zona de seguridad, por decirlo así.
Se trata de reforzar la idea de compartir el gusto por las novedades literarias y de añadir de nuevo el gusto por las sobremesas de tertulia que amenizaban los cafés y restaurantes hasta el siglo XX.
Los organizadores de las cenas con historia se definen en su web como amantes del cine, la literatura y la comida, motivo que les impulsó a sacar adelante la iniciativa. Así que nos parece que esta iniciativa casa con el espíritu de Santiago de Compostela: ciudad cultural y gastronómica y refugio de escritores de Galicia y el mundo.
¿A ustedes les gustaría participar en una cena con historia?
Imagen de La Nueva España